No cabe duda que el Teatro Quevedo se está convirtiendo, gracias a una programación ininterrumpida de zarzuela durante todo el año, en un punto de referencia para todos los aficionados al género chico. En esta ocasión y de la mano de la compañía Ditirámbak, trae de nuevo a la cartelera madrileña uno de los grandes clásicos del género: La Revoltosa.

Cualquier aficionado es capaz de reconocer desde el primer compás de su preludio la obra más inmortal de uno de nuestros más grandes compositores, Don Ruperto Chapí, en la que se narran los amores y desamores en una típica corrala madrileña de Felipe y Mari Pepa.

Una comedia de enredo tan imperecedera como su partitura, a los que la compañía ha querido dar el prisma de ese género cinematográfico tan nuestro y llamado despectivamente por muchos de sus detractores “españolada”. El espectáculo, respetando coma a coma y nota a nota, partitura y libreto originales, sitúa la acción en los agitados años de la transición española, pero volviendo en la segunda parte de la obra, la de la verbena, a la estética zarzuelística clásica, donde todos los personajes se aderezan para la ocasión de chulapos y chulapas.